Quizás NO PODER CON TODO esté bien

Me pregunto de dónde tenemos instaurado el pensar de que podemos con todo.

Querid@ lector@,

Déjame decirte que ese pensar me llevó a quebrarme. Hubo un tiempo que me llevó a pensar que soy menos por no ser una superpersona, a sentirme menos por no hacer todo lo que me pongo en esa lista que siempre es interminable. Ese tiempo quedó atrás pero sigo.

Sigo trabajando en mi autoestima, en fortalecer mi cuerpo y mi mente pero cuando me quiero dar cuenta vuelvo a venirme arriba y pienso que puedo con todo. Luego la vida me da su versión y me enseña lo vulnerable que soy, que el cuerpo necesita descansar, que dormir de 6 a 8 horas despertándome cada dos horas, con suerte cada 3 tiene sus consecuencias y que vivir como si eso no sucediera no es la solución porque no puedo con todo.

Quizás está bien no poder con todo. Quizás sea la manera que la vida tiene de ponerme en el camino indicado para mí. Me da lo que necesito no lo que quiero. Aún así, esa vulnerabilidad me hace sentir desnuda frente al mundo implacable de la rapidez y no sé sentirla sin resistirme. Al menos de momento. Porque una y otra vez vuelvo a pensar que yo puedo con todo.

Aquí sigo, llevando mis batallas internas por vivir mejor, por ser y sentirme mejor, por dejar un mundo mejor del que encontré cuando vine al mundo, por dejar una huella, la mía.

Quizás esté bien no poder con todo. Quizás no haga falta. Quizás sólo tengo que aprender a priorizar de verdad, seguir aprendiendo y tener la paciencia suficiente para vivir el proceso hacia los objetivos que me proponga. Y mientras tanto, quererme, entenderme y ser compasiva conmigo misma durante el proceso aceptando que por mucho que me empeñe en creer lo contrario no puedo con todo.

Esta es mi reflexión para este viernes, desprendida de una semana caótica, cansada, muy cansada rozando el punto de la frustración por no poder hacer más. Es más bien un recordatorio: respira, duerme, vive, abraza esta etapa de la vida y haz lo mejor que puedas sin morir en el intento.

Y tu querido lector, ¿cómo lo llevas?¿qué piensas sobre esto?

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